martes, 6 de octubre de 2015

"YO A MI MUJER LA TENGO EN CASA, COMO UNA REINA"

¿Quien no ha oído esta frase alguna vez?

El problema no es si un señor quiere que su mujer no trabaje, el problema es que el día de mañana esa mujer, que ha estado "en casa como una reina" percibirá una pensión de viudedad si el marido fallece. No lo veo justo.

Comprendo que las mujeres nacidas hasta los años 50 se criaran de manera diferente, muchas no estudiaban, se casaban y se dedicaban a cuidar de los hijos. Era una sociedad tradicional, con papeles diferentes.

Pero, ¿qué pasa con las generaciones venideras? La mujer ha conseguido ocupar otro rol en la sociedad, a partir de esos años las mujeres estudiaban, trabajaban, era el producto de una sociedad más igualitaria. Las mujeres que nacimos en tiempos en que era normal que la mujer trabajara, aprendimos a cuidar niños, planchar, limpiar, hacer la compra y a la vez trabajar. Apareció la mujer todoterreno, que no estaba en casa como una reina, desde luego.

Ahora estas primeras mujeres trabajadoras llegan al momento de su jubilación, y aquí nos enfrentamos a la siguiente ecuación:

Si una mujer queda viuda y ha sido mantenida por el marido, cobrará una pensión del Estado
Si una mujer trabajadora se jubila recibe una pensión del Estado

A igual cotización más años de prestación en muchos casos.

No lo veo justo ni normal: si un hombre quiere tener a su mujer como una reina en casita, y a ella le parece bien, pues con su pan se lo coman (y no con el mío, que no está el horno para bollos con la tasa de paro que tenemos y el índice de pobreza). Si optan por esta solución doméstica, no estaría de más que el rumboso marido pagara la cotización de su mujer: grupo especial: sus labores (como si las demás no tuviéramos labores en casa). Así todos cotizaríamos, y cobraríamos en virtud de lo cotizado.

¿No sería una sociedad más justa?

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