martes, 6 de octubre de 2015

TRASTORNO BIPOLAR: EL TERROR DE LA MONTAÑA RUSA

Imagínate que llevas una existencia pacífica, con sus días buenos y sus días malos, lo normal, lo marcado por el devenir de tu existencia. Todo predecible y todo explicable.

Y llega un día en el que todo deja de tener sentido: tu estado de ánimo no va acorde con las circunstancias de la vida, tu estado de ánimo vaga libremente, marcando tu existencia, sumiéndote en una profunda depresión que puede durar horas, días, semanas y que en ocasiones se alterna con épocas eufóricas en las que te sientes el rey del mundo, capaz de llevar a cabo todo aquello que te propongas.

Tu familia, tus amigos, no comprenden tus cambios de humor, y te tildan de inestable. Y tú, en el fondo sólo estás asustado. Prefieres los momentos que estás arriba, a pesar del peligro de cometer alguna barbaridad, siempre mejor que esos momentos de profunda depresión que a veces te llevan al ingreso.

Tu única posibilidad real es la medicación: tienes una condena de por vida con el litio y los antidepresivos que van a marcar tu existencia: tienes una enfermedad crónica, que en muchos casos descubres que "heredaste de ese abuelo excéntrico" del que te hablan.

Llega el momento en el que te enfrentas a la soledad de una enfermedad que no puedes controlar: tú no eres el dueño de tu estado de ánimo, la peor de las derrotas, la falta de control sobre ti mismo. Este momento, durísimo, que hace que muchísimos pacientes nieguen su enfermedad, necesita un tratamiento eficaz, primero farmacológico y después psicológico y psicosocial.

Es necesario que el paciente conozca sin tapujos, su realidad, y descubrirá que, aunque lógicamente (faltaría más) mejor sería no padecerla, tiene muchísimos instrumentos para empezar a trabajar en su control: el peor enemigo del trastorno bipolar es la falta de sensación de control del que la padece.

Hay que trabajar en terapia para llegar a conocer al enemigo y vencerlo: saber sus movimientos y anticiparse. Conocer cómo se manifiesta. Hay que normalizar la vida. Sí, es cierto, la medicación va a estar presente, al igual que en los problemas de tiroides, en la diabetes, en....pero esto no puede pararnos en este juego de ajedrez que nos propone la vida.

Importantísimo: trabajo terapéutico basado en la realidad del problema y apoyo psicosocial. 

Puedes ver más en: http://psicologamadrid-bipolar.blogspot.com.es/

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