martes, 6 de octubre de 2015

¿CÓMO PODEMOS IMAGINARNOS LA DEPRESIÓN?

Imagínate que vas caminando por el campo, nada hacer pensar un peligro, es tu vida: sencilla, satisfactoria, con sus momentos más o menos buenos, pero agradable, y de repente caes en un agujero que no viste.

Es un agujero profundo, con las paredes estrechas, de lodo. No puedes ver el fondo, es muy profundo y cada vez más estrecho. En la boca del agujero hay vegetación: hay ramas en las que puedes sujetarte, y lo haces para caer, a pesar del miedo te sujetas y miras hacia abajo con terror. Miras hacia arriba y ves el cielo, azul, pero te sientes incapaz de volver a terreno firme.

Este es el momento clave: has caído, todo el mundo puede caer, incluso sin tener un motivo en concreto. Pero lo importante no es el hecho de haber caído. Lo importante es remontar. Aprovecha el momento en que existen ramas en las que apoyar tus pies y tus manos para tomar impulso hacia arriba. El agujero hacia abajo tiene cada vez menos vegetación y es más resbaladizo.

Es un esfuerzo titánico, no te ves capaz, tienes ganas de tirar la toalla, de que alguien te saque porque tu no puedes, sin embargo, sacarte no impedirá que vuelvas a tropezar. Desde fuera sólo se te puede decir los pasos que debes dar (aunque duelan,, aunque no te creas capaz del esfuerzo)...arriba está la recompensa: la tierra firme, así que...comienza a intentar subir, comienza antes de que no haya ramas en las sostenerte para coger impulso hacia arriba. 

Sé puede. Intentándolo se puede. No hagas caso a tus pensamientos que te piden descansar y dejar la lucha. Haz caso a tu deseo de volver a disfrutar simplemente por vivir.

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